Una de las primeras cosas que me ha volado la mente al escuchar A Laxe Modularys 2049 es el sonido analógico que rezuma. Acostumbrado a prensajes de dudosa procedencia, el nuevo trabajo de UVEGRAF me transmite honestidad y que lo que ofrece está ahí sin trampa ni cartón... mi vieja nueva cápsula magnética se ofrece a diseccionar los surcos de un precioso vinilo verde cuasi transparente que suena a Ácido Hialurónico en las articulaciones de un Titán Ciclópeo de utópica ingeniería rusa que se despertase al mundo ahora tras una gran hibernación.
Es decir, el arsenal de secuenciadores, cajas de ritmo y teclados analógicos transmite una cercanía a los oídos difícil de sentir a día de hoy en el que las reediciones son mentira en un 80% de las ocasiones (se usan las ediciones en CD como máster), o no se tiene en cuenta la idiosincracia propia y el modus vivendi de las acequias microscópicas del plástico. Así, se mezcla y masteriza en ESTUDIOS DUPLIMATIC (ingeniería de sonido del maestro FELIX ARRIBAS) sobre secuencias grabadas en Vigo, Moscú, Kiev, Astaná y Düsseldorf.
El diseño es ya marca de la casa, muy propio de las portadas de los últimos discos de ESPLENDOR GEOMÉTRICO, no en vano es obra de ALONSO URBANOS; es decir, se usa el algo ya repetido pero siempre sugerente motivo caleidoscópico (y simétrico tipo mandala) de imágenes industriales a lo plano de construcción (no sé si me explico).
Si mi cápsula es un planeador, con más razón su uso en un disco que es mucho más progresivo (vertiente electrónica a la Berlin School) que sus anteriores Sala de Máquinas 2047 y Kosmos Eve de tal suerte que la transformación orgánica desde el Techno Industrial del primero queda sublimada en este lento, correoso y muy pegadizo A Laxe Modularys 2049, que sin adentrarme demasiado, puedo afirmar que suena a un cruce entre electrónica franchute y berlinesa de vieja escuela en la Cara A, esa que lo mismo practicaban PATRICK VIAN, NEURONIUM o MICHEL MAGNE que SCHULZE (al contrario que muchos de los proyectos actuales, se hace hincapié en la composición y la búsqueda de una melodía que atraviese y conduzca los temas de forma coherente) mientras que en la Cara B se dejan los temas más experimentales y bizarros creándose un maravilloso contraste.
Después de decenas de escuchas se me vienen muchísimas cosas a la cabeza, pero he de sintetizar (nunca mejor dicho). Cada corte en A Laxe Modularys 2049 es una etapa en una extraña gincana que transcurriese en El País de la Noche de Hodgson y sus extrañas alambradas electrificadas y pirámides de tecnología inversa... o bien cada uno de sus temas podría ser una estación de metro en el putrefacto mundo de orín de Metro 2033 de Dmitri Glukhovsky y cuya lectura tanto me impactaría antes de convertirse casi en franquicia. Esas paradas e impulsos (beats eléctricos) habitan en las casas de los inquilinos de Rascacielos de Ballard, en una segunda e hipotética Guerra Fría o en un futuro inimaginable donde lo antropomórfico es testimonial y todo impulso de viva se reduce a una Secuencia-Ritmo.
UVEGRAF y su capitán a los potenciómetros, JUAN TERUEL, son pura historia de la música electrónica en este país, que en ocasiones tiende a olvidar sus orígenes por aquello de ensalzar en exceso lo que viene de fuera. Para datos biográficos, podéis leer la reseña de Sala de Máquinas 2047 donde ahondé un poco en ese tema (aquí).
Para los que gusten de ahondar en datos técnicos, las secuencias han sido grabadas en tiempo real o software GB, y los instrumentos son: Roland Aira S8, S1, Tr8, Tb3, Vt3; Rolad System 500; Analogue Solutions Oberkorn Mk3 Sequencer + Nyborg 12; Grendel Ra-9 Grenadier, Aelita 3Vco; Polivoks, Novation Peak + Moog Mother 32 + Dfam + Model 15; Rob Hordijk Nord Modular. Controles: IMac Gb, Roland Integra-7 y Omnitronic An-31... ala, ya podeís masturbaros en paz.
"Mir Test" abre el disco en plan secuencial. Capas y capas que se repiten en sincronía cósmica mientras toques de Postindustrial irrumpen para recordarnos que el origen de UVEGRAF está en la maquinaria áspera. Un sampler vocal (presumiblemente en ruso, ucraniano o algo así) suelta una homilía encuadrada dentro del submundo moscovita de Teruel. Por contra, "Aeronav" tiene algo del Minimal Synth y retrofuturismo que tanto se estila a día de hoy... también construída mediante cortinas de secuenciadores, tiene el marchamo de lo cinematográfico y lo mismo puede valerte para un film Carpenteriano de acción que para la bso de un juego arcade de 8 bits. Sublime.
Sin embargo, es en "Tangerine Lips" donde las referencias alemanas son más evidentes, ya no sólo por el título que evoca a TANGERINE DREAM, sino por esa embriagadora melodía que recuerda a las cabeceras de antiguos programas de TVE. Amantes de NEURONIUM tienen aquí motivos para recordar que la electrónica puede ser tan orgánica como tu columna vertebral vacía de líquidos y tuétanos y usánda como cerbatana primigenia en una tribu amazónica. Sigue la similar "Gns XX Gns XY", cuyo título imagino que esconderá algún entresijo cromosómico. Destacar el giro brusco del corte hacia terrenos más abstractos y la caleidoscópica "Landing Y - Pr - Ba - Ry - K", que si cierro los ojos hasta el punto de fundir los párpados con el cerebro llego a distinguir los ecos andinos de algunos discos de MICHEL HUYGEN... la puñetera banda sonora a un libro de ERIK VON DANNIKEN para que os situéis.
Le das la vuelta al plástico y aparecen los ritmos percusivos bailables de "Beiramar". Sonidos muy característicos de esas viejas cintas de TORACIC TAPES o CASSETTES PROCESO UVEGRAF aunque lentamente se vaya empapando la música de los colores radicales del espectro de los 8 bits. Música robótica a la par que violenta... para bailar en pistas rodeadas de Neón con Nunchakus fosforescentes terminados en puntas afiladas de acero. Sobrevivir es derramar tu sangre en la pista.
"Emotional Korten" cuenta con las letras y voces de FERNÁNDEZ, recordando más a Sala de Máquinas 2047. Menos melodiosa, lo que prima es la atmósfera pseudo Industrial, que se continúa con los toques subsónicos de "Disruptor An-31", pequeña perla engarzada en medio del tracklist de cortísima duración, pero que es de los que más me gustan. Una voz con Vocoder irrumpe cada varios segundos para darnos una serie de instrucciones al más puro estilo ciencia ficción años 50.
El tramo final se vuelca en la épica "Vector Pro-Ef", que pudiera ser la banda sonora apócrifa y bastarda de un film de Tarkovsky. Insistentes llamaradas de combustión electrofísica flambean el sonido puro del láser cortando material en atmósfera cero... soundscapes antigravitatorios y la inhumana voz de mando de la máquina anulando al ser humano. Para no perder pie, se cierra con "Invierno 1005", corte que retoma los aromas del inicio del disco y donde destacan unas fantásticas melodías de fondo.
Creo que UVEGRAF han grabado un disco atemporal; un clásico instantáneo que recoge lo mejor de sus anteriores obras y lo destila en un tratado exquisito para disfrutar en soledad o con la compañía del cuadro de mandos de tu oxidada nave.
genial!!
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