Nos remontamos a 1970. CHELIQUE SARABIA, hoy día uno de los más exitosos músicos Venezolanos, graba Revolución Electrónica en Música Venezolana, todo un triposo viaje lisérgico que a día de hoy es considerado obra de culto en lo que a electrónica experimental se refiere en su país de origen (y entre los buscadores de tesoros que buscan primeras ediciones).
Instrumentos tradicionales (el cuatro y la bandola llanera) se procesan analógicamente mediante osciladores, creando feedback y ese sonido tan característico de Delay que en algunas producciones dan el toque a jungla maleable... como de plástico derretido. Esa sensación que tienen los experimentos con las bobinas de cinta abierta en el Dub, los filtros y ecos de cintas unidos a temas que ya de por sí son rabiosamente exóticos, dieron como resultado un disco que todavía suena fresco y tan estimulante como ponerte un enema de Ayahuasca y mentol.
Editado en 1971 por PROMUS, Sarabia haría uso del M.R.A.A., suerte de equipo que toma prestados los principios del Moog (en cuyo proceso tendrán un fuerte papel en el disco Mario Alfonso y Ricardo Landaeta), mezclándolos con instrumentos tradicionales y procesamientos analógicos. El disco se conocería primeramente como 4 Fases del Cuatro, Música Venezolana Desarrollada Electrónicamente por Chelique Sarabia bajo exponsor exclusivo de SHELL, que dejaría al artista sacar su edición cuanto pasaron los derechos y gracias a lo cual vería la luz una edición comercial... pero claro, de esto hacen más de 45 años.
Colaboran Ángel Melo (cuatrista) y los arreglistas/músicos Carlos Moreán, Julián Romero, Alberto Naranjo, Frank Hernández, Jorge Romero, Oswaldo de la Rosa, Joseph Kast, Moscatt, Jerry, Tito Iglesias, Luciano Hardy y Enrique Lira.
No es hasta 2019 que PHARAWAY SOUNDS (subdivisión de GUERSSEN) remasteriza gracias a los másters originales y viste de gala este auténtico bastión de la música experimental Venezolana editándolo en LP, CD y descarga digital. El conjunto de la música podría catalogarse como una mezcla entre la época electrónica de MILES DAVIS con Folk Cósmico y la decadencia cuasi western del MORRICONE más agrio. El uso de los Delays conforma una base ultra triposa que deforma/elonga los cortes de por sí pegadizos, ardientes y ultra melódicos.
Le doy al Play y la cabeza me estalla. El Joropo Llanero Venezolano pasado por sintetizadores; arranques de Merengue lisérgico con trazas de Jazz Rock; Bambuco Andino de corte espacial y cósmico... un Calipso Psicotrópico Afrocaribeño absolutamente demenciales.
Abre "El Pajarillo" que parece casi un Vals embarrizado de Música Dub (sobre todo esos efectos imposibles que me recuerdan a LEE PERRY). Fantásticas las cuerdas y las hipnóticas percusiones tan características del Folk mestizo que se practica en Venezuela (India, África y Español). "Maracaibo en la Noche" se sirve de estructura algo más rockera y casi progresiva, con voces muy de fondo que nos llegan casi disueltas. Si uno no está atento cree estar escuchando una canción standard más, pero una escucha atenta revela capas, reverbs, ecos y muchos más trucos que dotan de una dimensionalidad experimental extra a la música.
Fantástica "Polo Margariteño". Su acampanado inicio acaba en una especie de Jazz latino psicodélico ; el cuatro llanero y su sonido característico se mezcla con unos vientos agradables, redobles de campanas y cierto aroma Western al igual que la siguiente "Cantos de Mi Tierra", cargadísima de trucos, efectos y desdobles pero sin perder nunca la base original de la melodía. Me encantan las flautas tratadas y cómo se va doblando la melodía de las cuerdas.
Escuchando "El Cumaco de San Juan" me acuerdo de MOHAMA SAZ y me pellizco para darme cuenta que hay un hiatus entre ambos de cuatro décadas. Fantástica la percusión caribeña y los cambios de ritmo avanzadísimos para su época en los que CHELIQUE se lanza de lleno a un Jazz Rock que nada tiene que envidiar a los grandes sinfónicos británicos. La juguetona "El Diablo Suelto", trasnochadora tonadilla pseudo Tropicalista... de Calypso ultra cargado de LSD. Ya no sé si te pincha la barba o estoy acariciando un Cactus.
"Polo Coriano" y sus vibráfonos tienen algo del DAVE PIKE SET de la primera etapa y de aquí a THE DREAMERS de JOHN ZORN tampoco hay tanta distancia (sí, puede ser una locura, pero escuchad la música antes de colgarme de un palo). Sigue el tríptico "Mare-Mare", "Por Comer Zopoara" y "El Pájaro Guarandol", los tres engarzados gracias a un organillo casi de feria. Resaltar cómo se trenzan las melodías de los órganos con los instrumentos de cuerda... pura maestría.
Sigue la Morriconiana "Sombra en los Médanos", también plagadas de trucos que podrían haber salido del SECRET LABORATORY de PERRY mientras que la siguiente "Barlovento" sigue la estela anterior pero más bizarra en el tratamiento de las voces que son las que se llevan todo el protagonismo... bueno, las voces y eso imposibles efectos de ecos a lo SCIENTIST.
Fin de fiesta con dos temas; la jazzera "Río Manzanares", Folk Venezolano con arranques casi de Free Jazz contenido como si de una especie de ART ENSEMBLE OF CHICAGO a la latina se tratara (esos arranques y aceleros ponen los vellos de punta). No lo he mencionado, pero el álbum rezuma Groove por todos lados; desde el inicio hasta ese final decadente de "La Bella del Tamunangue" que cierra de forma magistral esta obra de arte que a día de hoy, 47 años después, sigue igual de vigente.
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