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jueves, 17 de mayo de 2018

A.L. GUILLÉN - "La Noche" (PLUS TIMBRE PT031, 2016)


"Cuando era de noche, antes que hubiera nada en el mundo, estaba la luz metida en una cosa grande, llamada Chiminigagua, de donde después salió. Chiminigagua comenzó a amanecer y a mostrar la luz que en sí tenía. Lo primero que creó fueron unas aves negras y grandes, a las cuales mandó que tuviesen ser y fuesen por todo el mundo echando aliento o aire por los picos. Y el aire que echaban era lúcido y resplandeciente. Y luego que hubieron recorrido el mundo, quedó todo claro e iluminado. Luego creó Chiminigagua todas las otras cosas que hay en el mundo, y entre todas, las más hermosas fueron el Sol y su esposa, la Luna". MITO DE CHIMINIGAGUA (según se recoge en Simón, Fray Pedro. Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales).

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Del Caos y la Nada griegas surgen los primigenios nombres de Tártaros o El Inframundo, Gaia y Eros, pivotando sobre Erebos, Dios de la Oscuridad y su consorte Nyx, Reina de La Noche. Éter y Emera, dioses/as del Cielo y de La Luz del Día en una batalla incesante, violenta e incandescente... el día comienza cuando Hemera salía del Tártaro y relegaba a Nyx a la oscuridad moviéndose todo ello en un engranaje ourobórico tan ancestral como preciso y peristáltico. En la mitología Nórdica los cielos siempre han estado llenos de carruajes fastuosos donde Hrímfaxi (crines de escarcha), tiraba del carro de Nótt (Noche) y Skinfaxi (crines brillantes) hacía lo propio con el carro de Darg (Día). Una representación pictórica de Nótt tribulando su carro nocturno es portada (Peter Nicolai Arbode, Siglo XIX) de "Umskiptar", disco de BURZUM de 2012. En los antiguos Vedas la dualidad queda establecida con Suria y Uchas, en enterna lucha constante.

La Noche de San Juan (la noche de las hadas) hunde sus raíces en el Zoroastrismo y es celebrada el 23 de junio (solsticio de verano) como ineludible punto de unión entre los dos mundos donde la noche se acorta y las antorchas encendidas representan el agónico intento de dar fuerza a un sol que se está debilitando... y de soles que se debilitan es precisamente de lo que trata este íntimo, cautivador y arriesgado disco de A.L.GUILLÉN llamado "La Noche".

No sé si siguiendo la línea argumental de "En Recuerdo Del Amado" (cuya reseña podéis leer aquí), "La Noche" es en contraposición a aquel un descenso, meditación y posterior ascenso por una escalera de Dendritas, aguas serotoninérgicas e impulsos eléctricos en el rompiente donde van a vararse todos los barcos. Grandes, pequeños o simples troncos a la deriva... no importa tu tamaño porque todos y todas tenemos que visitar este inhóspito lugar que tiene la particularidad de que a pesar de que está lleno de turistas, sólo podemos vernos a nosotros mismos.


El disco se graba con un Theremin o Eterófono en La Antena Noética (Almería) con posterior masterización de DAL VERME y el propio GUILLÉN corriendo la edición en digipack a cargo del sello PLUS TIMBRE. Difícilmente puedo yo aportar algo al maravilloso, sugerente y personal escrito de Guillén que adorna el interior del disco donde se nos pone en contexto sobre el carácter de Rito de Paso que tiene el trabajo. El texto se nos revela potente, emotivo y dramático, pero precisamente son esas tres características las que dotan de cordura y sentido a todo lo que nos va a ser relatado. La Pérdida... el Tránsito... la fina línea que traspasa una realidad de la irrealidad (o lo desconocido) vivida desde la perspectiva del doliente y desde la perspectiva del que se sublima. La chicharra agotadora de "El Silencio Inminente" es un acúfeno espiritual que (citando el texto de Guillén) se torna séptico, infecto y metastásico. 

Es la aurora que define un cambio cargado de la plomiza pesadumbre del todo llega. Una chicharra amplificada que recoge atisbos de ese otro lado que comienza a atisbarse. La frontera entre lo real y lo irreal es en este momento cuando se percibe por los sentidos porque nuestra antena personal (que son las circunstancias fisiológicas, mentales y físicas) apuntan al eje de ordenadas y coordenadas adecuado, que no necesariamente (seguro que no) esté en este lado de la realidad. "El Silencio Inminente" es el rechinar de la rabia de diente contra diente, de ira contra amor, de tiempo perdido contra tiempo que queda. No hay manual de supervivencia aquí, y para darnos cuenta necesitamos una vida entera. La madrugada tiene sonidos, y amplificados suenan a esto, que duda cabe. 


Por contra "La Lucha" es el silencio de la madrugada percibido por el que está descosiendo las cortinas de la irrealidad de Maya. Guillén usa una palabra que suelo traerla a colación bastante y es la Sepsis. Sepsis del Alma, sepsis de los sentimientos, sepsis moral... el mundo está séptico y somos los microorganismos multiresistentes que parasitan La Realidad. La fiebre vence a la infección y somos combustible para una máquina eterna que no distingue de faces. "La Lucha" usa el espectro grave del Termenvox para describir la angustia del miedo. Un noise industrial minimalista y agresivo que no puedo evitar comparar con ALAN SPLET y cosas primitivas como CONTROLLED BLEEDING, WHITEHOUSE o S.P.K. y CON DOM. El doliente recorre El Reino De Los Muertos o Duat de OSIRIS y HORUS pero nunca solo sino acompañado de SOCAR, Dios De La Oscuridad representado como La Vía Láctea en el Horáculo de Dendera.

"Beso Nuestra Placenta" es como la circulación placentaria. Es inversa, sutil y casi que me atrevería a decir que milagrosa. Besar una placenta o comulgar de la dádiva de la vida (y la muerte) en forma de un taladrante pero lejano ruido que va y viene hasta transformarse en la ceniza de "Ribera Del Genil". Todo vuelve al río, el río va al mar y el Funeral Estelar se completa en tres minutos y medio de un llanto de regusto neoclásico como si el theremin fuera el único instrumento que quedara de una orquesta decadente. 

Aires de Cámara asfixiantes que huelen a cañaveral y riberas... a detritus de aves de rapiña que parecen ninfas que cantan. De repente la estática, la electricidad en modo de lluvia se lo come todo. Los eruditos veneran la electricidad. Lo eléctrico en sus múltiples formas. La electricidad es el Final de todo, pero nadie lo sabe.



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