El caso es que tras rumores de un posible split con BLOOMING LÁTIGO, poco había vuelto a saber de la banda, hasta que me mandaron esta brutal ceremonia que es 02.05.2015, directo recogido de las grabaciones de su segundo álbum TUNGUSKA y que suena tan visceral afeitarte con el peine de un carpintero.
La explosión de TUNGUSKA en 1908 es uno de los misterios que nos acompañan desde siempre con teorías para todos los gustos; desde bombas de hidrógeno "naturales" hasta antimateria, cometas y mil historias. Pero TUNGUSKA es también una forma de tocar música y la han patentado BERUNA.
Consiste en capas de riffs monolíticos donde no hay resquicio para la luz. El agua corporal se transmuta en aceite y ahora somos un 80% oleososos. Cuerpo y mente con la textura del aceite... los pensamientos se aletargan y los movimientos se vuelve lentos, torpes e inconexos. 45 minutos de Crust tocado a medio tiempo que vienen a ser como los dioses WINTER pero en subidón existencial y puestos de ácido. Con una letanía de fondo propia de este tipo de grabaciones que le dan un caché especial difícil de describir, algo así como si hubieran tocado dentro de un gigantesco cuenco tibetano. Se incluye su clásico temazo VADERS (que por cierto, todavía anda disponible y yo no me lo pensaría un segundo; la edición es una preciosidad, vinilo 7" + cd, todo ello en riguros y enlutado negro y oro).
La trayectoria en el sonido de BERUNA sigue una línea muy particular que va desde la acritud de sus inicios hasta la línea lisérgica y experimental, con larguísimas jams hipnóticas de Doom subsónico que llevan por bandera actualmente. La calidad de este power-trío está fuera de toda duda, y espero con ansia cada nuevo trabajo suyo.
La explosión de TUNGUSKA en 1908 es uno de los misterios que nos acompañan desde siempre con teorías para todos los gustos; desde bombas de hidrógeno "naturales" hasta antimateria, cometas y mil historias. Pero TUNGUSKA es también una forma de tocar música y la han patentado BERUNA.
Consiste en capas de riffs monolíticos donde no hay resquicio para la luz. El agua corporal se transmuta en aceite y ahora somos un 80% oleososos. Cuerpo y mente con la textura del aceite... los pensamientos se aletargan y los movimientos se vuelve lentos, torpes e inconexos. 45 minutos de Crust tocado a medio tiempo que vienen a ser como los dioses WINTER pero en subidón existencial y puestos de ácido. Con una letanía de fondo propia de este tipo de grabaciones que le dan un caché especial difícil de describir, algo así como si hubieran tocado dentro de un gigantesco cuenco tibetano. Se incluye su clásico temazo VADERS (que por cierto, todavía anda disponible y yo no me lo pensaría un segundo; la edición es una preciosidad, vinilo 7" + cd, todo ello en riguros y enlutado negro y oro).
La trayectoria en el sonido de BERUNA sigue una línea muy particular que va desde la acritud de sus inicios hasta la línea lisérgica y experimental, con larguísimas jams hipnóticas de Doom subsónico que llevan por bandera actualmente. La calidad de este power-trío está fuera de toda duda, y espero con ansia cada nuevo trabajo suyo.
Hablé con ellos hace tiempo, y puedes refrescar tu memoria aquí:
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