HACIA LAS ROCAS IMANTADAS son probablemente una de las mejores sorpresas que me ha dado la música en lo que va de año. Como toda cosa que se tercie en existir, depende las variables del espacio y el tiempo, así que diremos que en el eje del tiempo tendríamos que ponernos en los 90, y en eje del espacio situarnos en Sevilla.
Ahí encontramos el primer punto de nuestra gráfica cósmica; ese primer instante de espacio/tiempo que constituye el particular Big Bang de formación de una banda. David Bailón (Voz, bajos, teclados y samplers), María Muñoz (Voz, coros, guitarras y samplers) y Miguel Castro (Voz, guitarras, teclados y samplers) se embarcan en un viaje audiovisual que tras diversos cambios de nombre acaba constituido con el sugerente HACIA LAS ROCAS IMANTADAS.
En principio surgen como banda sonora audiovisual de los proyectos literarios de David, aunque poco a poco van mutando a otra cosa más ecléctica y se establecen como banda, desarrollando su primer Ep de nombre NORAY allá por Octubre de 2013.
Para hablar de NORAY tenemos que hablar de viajar. En Noray (en jerga marinera es un nudo o amarre) rompemos nuestras cuerdas y nos dejamos llevar por las olas de un mar del que desconocemos prácticamente todo. No es agua ni es vacío, pero navegamos.
Aunque existe en descarga directa desde su bandcamp, también hay una limitadísima edición con un precioso envoltorio de papel kraft impreso en blanco y negro diseñado por María Muñoz. Una maravillosa y original presentación para los 23 minutos que dura el Ep.
La primera vez que suenan en mi reproductor me quedo absolutamente embriagado. El primer tema homómino HACIA LAS ROCAS IMANTADAS se va deslizando a base de dopplers sonoros en tu corteza cerebral consiguiendo un benzodiacepínico estado que ni es sueño ni es vigilia, sino que transcurre por los extrañísimos recovecos del submundo de la consciencia alterada. Imaginaos la escuela Berlinesa de kraut rock pero en versión indie. Un pulso cuasi bailable pero lejano, como si estuviésemos accediendo a una vieja grabación que fuese emitida fuera de nuestra galaxia y que de algún modo recogiéramos en nuestros viejos y analógicos transistores.
Voces y guitarras que planean dándose la mano con bases rítmicas absolutamente triposas. El oyente es el catalizador de este mántrico viaje que continúa por ASÍNTOTA DEL AMOR. Capas de voces forman un coro espacial minimalista en algo así como una nana que usase el Universo para dormir a sus estrellas.
Voces y guitarras que planean dándose la mano con bases rítmicas absolutamente triposas. El oyente es el catalizador de este mántrico viaje que continúa por ASÍNTOTA DEL AMOR. Capas de voces forman un coro espacial minimalista en algo así como una nana que usase el Universo para dormir a sus estrellas.
40000T pone de manifiesto una de las principales cualidades de HACIA LAS ROCAS IMANTADAS. Lo cinematográfico está en la música más allá de los samplers de viejos films, hasta el punto de que cuando uno escucha temas como este con los ojos cerrados (y haced la prueba), es casi imposible no evocar alguna imagen; no es posible dejar el fondo de nuestra mente vacío, evidentemente... pero es que nuestros velados ojos ven a través de los cerrados párpados añejos fotogramas de películas que quizás no existan, o nuevos remakes que genera aleatoriamente nuestro tercer ojo.
Ambientales, electrónicos, synth pop... loops hacia el infinito de guitarras tan sutiles que cuesta de creer que tengan cuerdas físicas; nunca la etiqueta música cósmica ha tenido tanto significado. Es como si hiciéramos grabaciones de campo en plena ruta de un cometa.
Y cuando escuchamos la solemne y esperanzadora melodía de EL FINAL uno sabe que se ha equivocado de lleno. Sabe que esta música no es cósmica ni espacial en el sentido estelar sino música humana, tan humana como el nacimiento. Descubrimos repentinamente que lo que hemos escuchado es una vibración atávica transmitida a través de líquido amniótico justo en el momento pre parto.
La inmensidad del Cosmos se refleja en los espacios vacíos e ignotos de la mente de un niño.
(CONTINUARÁ....)
HLRI son tan inclasificables como sutiles. El hecho de no poder encasillarlos facilmente los hace especiales. Tu descripción se asemeja bastante a lo que siento cuando los escucho, gracias!
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