Páginas

miércoles, 27 de junio de 2012

CABALLO DE TROYA: JERUSALÉN (J.J. BENÍTEZ)

Corría el año 1984 cuando Benítez convulsionó a propios y extraños con una polémica obra que a día de hoy aún sigue levantando ampollas. Para algunos un auténtico visionario, para otros un mero charlatán... difícil encontrar un término medio para alguien tan controvertido. Lo cierto es que casi treinta años después, y tras superar incluso juicios por plagio, CABALLO DE TROYA sigue siendo una obra sobre la que se debate y opina, tanto para bien como para mal.
Reconozco que de pequeño, su extraña portada (véase la primera edición de Plaza & Janés) me provocaba más de un sueño surrealista en mi onírica imaginación de la pre-adolescencia, pero lo extenso y lapidario de su contenido me asustaban demasiado... por aquel entonces uno era un imberbe manipulado y con pocas oportunidades de racionalizar lo que le rodeaba, limitándome a dejarme llevar por credos estipulados y dogmatizados ritos preestablecidos para el fácil consumo.

Lo cierto es que mucho ha llovido desde entonces, enfrentádose incluso Benítez a un juicio por plagio con los seguidores de EL LIBRO DE URANTIA, una obra escrita entre 1922 y 1939 sobre la que se desconoce su autor o autores y que resulta un pastiche casi ilegible que mezcla ciencia ficción, teología, religión y filosofía a niveles de auténtica locura... como curiosidad, el mismo LIBRO DE URANTIA fue acusado de plagio de otros escritos científicos y académicos, aunque desconozco el alcance de dicho plagio.
 Una vez realizada la lectura del libro, sí que he podido comparar algo de ambos textos y si bien Benítez utiliza EL LIBRO DE URANTIA como una fuente, no deja de ser una fuente de las cientos de ellas que ha utilizado para crear tan magna obra. Evangelios Apócrifos, corrientes paganas, opiniones personales, estudios comparativos de lenguas, etc, etc, son algunas de las posibles fuentes, creándose una amalgama única y genuina ante la que no me cabe más que quitarme el sombrero.

También se ha polemizado mucho sobre el supuesto carácter "real" del diario del Mayor, pero creo que cualquiera que tenga dos dedos de frente sabrá desde el primer instante de que se trata de una ficción novelada, no debiéndose llevar el asunto más allá sopena de que uno acabe como un cencerro...
Ahora bien, que quede claro que este que escribe es muy abierto de mente... tanto como para dudar de las literales leyendas que se tratan en La Biblia, y lo suficientemente abierto de mente para saber que el tiempo lo distorsiona todo, y que posiblemente ni las cosas acontecidas en La Biblia se deben de tomar al pie de la letra, ni que Jesús haya tenido hermanos creo que sea algo tan polémico... pero claro, esa es mi opinión, y los hay que hacen de sus credos auténticos dogmas intransigentes que llevan a la turba a la misma guerra, tanto dialéctica como física... y es que la intransigencia y la falta de respeto son los auténticos males de hoy día. 

Creer que se está en posesión de la verdad es un asunto altamente espinoso, sobre todo cuando se mezcla cultura con leyendas y mitos, y lo que para algunos es fe para otros no es más que patraña... pero quizás si tuviera que decir quién de los dos es más peligroso, me decantaría por el que cree estar en posesión de la verdad, ya que el simple hecho de derrumbarse los pilares sobre los que se sustenta tu existencia pueden hacerte cometer locuras para con aquellos que te rodean... y es que cada religión tiene sus mitos, sus dogmas, sus credos y sus ritos... sus libros sagrados, sus tradiciones y misterios, siendo innegable que a poco que uno escarbe, lea e investigue descubra que no es oro todo lo que reluce (véanse por ejemplo los brutales Concilios donde se decidía el carácter divino o no de tal o cual personaje y cómo se convertían fiestas paganas al cristianismo en un alarde de marketing y control del pueblo como no ha habido igual).
No se me entienda sin embargo mal... creer es humano, y posiblemente de sabios, pero creer en el hombre y sus derivados es muy peligroso. Lo divino existe, pero no es humano... y todo aquello controlado y derivado del hombre está prostituido por siglos y siglos de tergiversaciones que conducen a la dilución de la idea original... si quieres creer en algo genuino, vete a las raíces...

Y creo que aquí está la máxima virtud de un libro polémico, perseguido y denostado por muchos; ir a los orígenes y establecer otro posible principio, otra posible historia e interpretación con la que dejar volar la agarrotada imaginación de los lectores... y es que a lo largo de mi vida he conocido a gente que no ha leído a Benítez simplemente porque sabían que atacaba su fe y su credo, pero que sin embargo cree a pies juntillas todo aquello que le dicte su iglesia, a expensas de no encontrar en los libros sagrados ninguna frase que dicte la norma que ellos siguen... porque repito, lo más peligroso que existe en esta vida es un hombre que interpreta la palabra escrita, llevándola a donde más le conviene y haciendo que el paso del tiempo borre las huellas de lo que genuinamente se dijo y ocurrió.

Literariamente el libro le da mil vueltas a los cógicos da Vincis que pululan por las librerías, tanto en trama como en intensidad... y porqué no decirlo, en maestría al escribir. Muy bien escrito y narrado pues, CABALLO DE TROYA no es ni ficción ni verdad, ni sosegado ni agitado... es lo que tú quieres que sea, PORQUE TÚ DECIDES TU PROPIA LECTURA.

2 comentarios:

  1. Solo digo algo, sea ficcion o realidad, que mente mas fantastica y admirada la de JJ Benitez; solo el hecho de quedar en una linea intermedia sin saber si creer o no basta. Muestra su audaz poder de convencimiento que solo al leer eriza cada bello del cuerpo. Aun empieza mi largo viaje a travez del tiempo, junto con estos dos viajeros que no considero que van solo, mi imaginacion parte con ellos en cada una de las lineas escritas. @aileengenes

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo en lo que dices, Aileen. Cuando una persona escribe desde lo más profundo de su ser provoca un revulsivo en todo lo que hace. A mí el libro me ha parecido una maravilla.

    Un saludo!.

    ResponderEliminar