LA VERDAD SOBRE CHERNOBYL

Acabo de terminar de leer uno de los libros que más me han impresionado este año.

La verdad sobre Chernobyl es el testimonio de Grigori Medvèdev, uno de los ingenieros jefe del Servicio de Explotación de la central nuclear de Chernobyl. Libro prohibido durante muchos años en la URSS, Medvèdev nos cuenta con pelos y señales todo lo acontecido durante la catástrofe nuclear y humana más importante de la humanidad hasta ahora. Desde los errores humanos producto de la soberbia y el abuso de poder, hasta la falta de material adecuado para defenderse de una catástrofe nuclear; desde la negativa de las autoridades "competentes" a que se transparentase cualquier problema con las centrales nucleares hasta el valiente arrojo y heroidicidad de aquellos que hicieron lo posible en las horas críticas por contener la explosión del reactor...

Medvèdev nos pone sobre antecedentes relatándonos la política de actuación de los gobiernos de la época en materia nuclear; la forma en que se ocultaban a la opinión pública las constantes averías de los reactores nucleares y la forma en que se vendía a la población la energía nuclear como la más limpia y ecológica posible...

En las centrales nucleares trabajaba gente (desde los más altos cargos) que poco o nada tenían que ver con la explotación de energía nuclear, y que eran reclutados por amiguismo o razones económicas y de poder de otras centrales térmicas y eléctricas cuyo manejo nada tenía que ver con el de las centrales nucleares. La catástrofe se ocultó hasta el último momento haciendo creer al gobierno y a la misma población y personas que trabajaban en la central que el "reactor" estaba intacto; la verdad sin embargo era que miles de personas fueron expuestas constantemente a la contaminación que emanaba el reactor en llamas con partículas que provocaban un "bronceado nuclear" que literalmente destruía la piel por dentro y fuera creando un efecto iceberg difícil de tratar.

La central carecía de protección ante catástrofes de éste tipo, hasta el punto que no poseía ropa adecuada para la radiación, ni mascarillas tipo "pétalo" (tal y como las relatan en el libro) o simples dosímetros de radiación que eran escasos y poco válidos al no estar preparados para altas radiaciones.

El drama humano se vive en cada página del libro y nos hace estremecernos en nuestros asientos ante una lectura para nada agradable, que nos hace ver lo efímero del ser humano y la soberbia que mostramos ante la naturaleza, que una y otra vez nos demuestra su poder sobre nosotros.

Para terminar os pongo uno de los testimonios del libro que sobrecoge por su dureza:

" Veinticuatro horas después de la avería al enfermo le extrajeron médula ósea de cuatro partes distintas: del esternón y de los huesos ilíacos para su análisis. La dosis integral media de todo su organismo era de 400 rads. Al cuarto o quinto día empezó a sentir grandes sufrimientos debido a la infección de las mucosas de la boca, el esófago y el estómago. En la boca, la lengua y las mejillas le aparecieron llagas, la mucosa se desprendía por capas; no podía dormir, no tenía apetito. La fiebre se mantenía en 38-39º, estaba muy excitado, los ojos le brillaban como a un drogadicto.... Comenzó el período del síndrome intestinal. Tenía diarrea con sangre y mucosidad con evacuaciones 25-30 veces al día. Esos mismos días, en la parte interior de las piernas y en las nalgas le aparecieron unas ampollas muy dolorosas. A los catorce días empezó a perder el cabello, además de forma muy extraña. Le cayeron todos los cabellos del lado derecho de la cabeza y del cuerpo..."

"Muchos cadáveres eran altamente radiactivos. Ni yo ni los empleados del depósito de cadáveres conocíamos esa circunstancia.Después se midió de forma casual la radiación y se comprobó que era muy alta. Empezamos a vestirlos con trajes impregnados de sales de plomo.

El servicio epidemiológico, cuando se enteró de que los cadáveres eran radiactivos, exigió que en el fondo de las tumbas se colocasen bloques de hormigón, para que los flujos radiactivos no fueran a parar a las aguas subterráneas. Eso no era posible, resultaba sacrílego. Discutimos mucho tiempo con ellos. Por fin nos pusimos de acuerdo para enterrar los cadáveres más radiactivos en atúdes de zinc..."

En definitiva, a pesar de todo lo que probablemente se nos ha ocultado por los gobiernos, sí que podemos intuir que las consecuencias de la catástrofe que estamos pagando hoy en día (alteraciones cromosómicas y altas incidencias de leucemia como pequeña muestra) durará durante mucho tiempo. Tampoco dejan de aparecer supuestos especialistas que afirman que la catástrofe no fue tal, y que se nos engañó con motivos desconocidos. Lo cierto es que la verdad completa de acontecimientos tan brutales como los de Chernobyl todavía no se conocen en su totalidad, y al igual que hay desalmados que afirman que el genocidio de los Judíos por los Alemanes se ha exagerado en demasía, la explosión nuclear de Chernobyl es otro de los misterios humanos que quedarán con los siglos en el limbo de lo perdido.

Desde luego, entre toda la vorágine de mentiras y amarillismo que pulula por la red y las televisiones, el libro de Grigori Medvèdev es uno de los más acertados y que más nos hacen reflexionar en la catástrofe tal como ocurrió, no dejando títere con cabeza y atacando a los altos cargos energéticos y gubernamentales del momento.

"La verdad sobre Chernobyl" fue prohibido en la URSS y hoy por hoy es un libro difícil de encontrar (por lo menos en español) y que leído con una mente clara y abierta nos hace pensar:

¿QUÉ ESTARÁ OCURRIENDO AHORA MISMO AHÍ FUERA Y QUE NADIE NOS CUENTA?